¿HASTA CUÁNDO?
- fernandaoteroescri
- 27 mar 2024
- 2 Min. de lectura
Seguramente todos nosotros hemos tenido que tomar muchas decisiones a lo largo de nuestras vidas. Algunas de ellas pudieron haber sido simples, contundentes, de esas que no dejan lugar a duda alguna.
Sin embargo, las que son realmente difíciles son las otras. Las que debemos tomar cuando no estamos aún convencidos de qué es lo mejor para nosotros, o a veces, para alguien más.
¿Qué sucede entonces cuando decidimos poner fin a una espera, a una relación, a un intento cuando todavía sentimos ganas de tener una última oportunidad? ¿Cómo decidimos el momento exacto en que hay que detenerse y decir que ha llegado el momento de poner fin a algo de lo que no quisiéramos despedirnos?
Cada uno de los que lean esta reflexión podrá, seguramente, retrotraerse a un instante de su vida en que se encontró en una situación similar. Y habrá quienes están tranquilos de haber tomado la mejor decisión en el momento exacto. Y habrá tantos otros que aún hoy conservan la duda de qué hubiese sucedido si sólo hubieran esperado un poquito más...
Pero ese "poquito más" puede traducirse en mucho tiempo, o mucha energía, o mucho dolor que ya no tenemos o no podemos transitar cuando lo dimos todo o, al menos, estuvimos dispuestos a darlo y se lo hicimos saber a quien debía saberlo.
Entonces es necesario que comprendamos que no existe nada parecido a un manual en donde nos ofrezcan una guía de cuál es el instante de quiebre, el último intento, el día final. Sólo debemos escuchar a nuestro corazón porque si él, que tanto hizo por que eso que queríamos fuese una realidad, y tanto soportó, y tanto luchó por convertirlo en algo más que un deseo, dijo basta es porque simplemente ya no había más tiempo para intentar, esperar y tampoco para dudarlo.
El momento de tomar la decisión se siente, no se piensa. Y nunca debemos dudar de las palabras que vienen desde nuestro interior.
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